Una casita de juegos de roble y pino en Lincoln, Inglaterra.

 
   
         
 


Los trozos de madera que un constructor convencional podría rechazar son los que un constructor natural utiliza para dar carácter a un edificio.

Esta casita de juegos fue construida para una escuela en Lincoln, Inglaterra por Jason Hadley. Las ventanas y puertas están hechas a mano de madera de roble y el revestimiento es de pino silvestre aserrado localmente. La madera para el resto de la casita se cultivó y taló a nivel local incluyendo el sauce para el techo recíproco.

   
           

A Jason le costó unas 120 horas construirla y a los niños no les llevo más de 12 segundos el enamorarse de ella. Jason también hace Earthlooms (telares), una estructura simple diseñada para acercar la armonía a las personas y comunidades.

 
           
     
 
 

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