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Hay algo muy mágico en un iglú por la noche
con su interior iluminado por velas. Más todavía si el cielo
nocturno baila con los colores de la aurora boreal. Este
iglú se encuentra en Canadá y fue construido a la manera
tradicional Inuit, cortando con una sierra, bloques de un
ventisquero donde el viento sopla con toda su fuerza. El
entorno ártico puede matar a una persona rápidamente, por eso
dos experimentados Inuit pueden construir un iglú en unos 30
minutos. En una tormenta esta habilidad puede significar la
diferencia entre la vida y la muerte.
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